Constantemente estás interpretando el mundo que te rodea, tratando entender y darle sentido a las cosas que vives, y a veces tu cerebro toma «atajos» que pueden llevarte de forma automática a conclusiones imprecisas o erróneas, desde culparte por cosas que están fuera de tu control hasta suponer que siempre ocurrirá lo peor.
Estos patrones de pensamiento tienen un gran impacto en tus emociones y comportamientos, generan en ti actitudes irracionales y pesimistas, llamadas distorsiones cognitivas. Si bien estos pensamientos no son intencionales, puedes aprender a notarlos y controlar sus efectos en tu vida reemplazándolos por formas de pensar más equilibradas.
Vemos las cosas en categorías de blanco o negro, sin término medio.
"Si lo que hago no es perfecto, soy un fracaso total"
Con base en una única experiencia negativa creemos cualquier experiencia similar será igual o peor.
"Tuve una mala cita, nunca encontraré a nadie"
Ignoramos los eventos positivos para centrarnos en los negativos.
“Me equivoqué en la última pregunta del examen. Soy idiota”
Encontramos razones para restarle valor a los eventos positivos.
"Dijo que la pasó bien en nuestra cita, pero creo que solo estaba siendo amable"
Hacemos predicciones negativas sin evidencia real.
"Estaré atrapado en este trabajo sin salida para siempre"
Creemos que somos responsables de eventos o situaciones en las que no hemos participado.
"Es mi culpa que te chocarán, debía estar ahí"
Nos restringimos a una lista estricta de lo que debemos o no hacer, y nos castigamos por no cumplirla.
“Nunca debí postularme, fue estúpido pensar que podría conseguirlo”
Clasificamos a las personas y a nosotros mismos en función de los errores y las deficiencias percibidas.
"Perdí la última competencia, soy un fracaso"
Date un tiempo para detenerte a identificar los pensamientos negativos. Si son habituales pueden parecer lógicos, pero aunque tengan algún sentido para ti podrás reconocerlos porque te generan malestar físico o emocional, te invaden inesperadamente o te abruman.
Para examinar tus pensamientos:
Cuando reconozcas que surge algún pensamiento negativo, examina su utilidad con preguntas sencillas:
Si has notado que un pensamiento te genera malestar y no es del todo correcto, considera cuáles son tus mejores opciones para dejarlo ir:
Mientras implementas la opción más adecuada para ti, puede sorprenderte lo rápido que se van los pensamientos negativos.
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