Incertidumbre

¿Qué pasaría si...?

Tú, como cualquier otra persona, quiere tener una sensación de control sobre la vida. Pero es un hecho que la vida está llena de incertidumbre, el futuro es impredecible, y es natural sentir preocupación por eso, ya sea que se trate de la economía o finanzas, la salud o las relaciones.

La capacidad de afrontar lo impredecible de la vida varía de persona a persona. Preocuparse es una respuesta natural, pero la preocupación a largo plazo no te da más control sobre los eventos incontrolables, solo te quita la posibilidad de atender el presente, te resta energía y altera tu salud. Este miedo a lo que está fuera de tu control te desgasta emocionalmente y puede atraparte en una espiral sin fin de «qué pasaría si» contemplando los peores escenarios sobre lo que puede traer el mañana. Pero hay formas más saludables de hacer frente a la incertidumbre.

Tú puedes controlar la incertidumbre

Si bien muchas cosas permanecen fuera de tu control, tu mentalidad es clave para hacer frente a las circunstancias difíciles, es importante que sepas que no importa cuánta impotencia y desesperanza sientas, hay cosas que puedes hacer para enfrentar mejor las situaciones incontrolables, aliviar la preocupación y enfrentar lo desconocido con más confianza.

Los siguientes consejos pueden ayudarte:

Desafía tu necesidad de certeza

Además de preocuparte por todos los escenarios posibles, puedes tratar de sobrellevar la angustia buscando excesivamente la tranquilidad de los demás, negándote a delegar tareas a otros, posponiendo acciones o comprobando repetidamente las cosas. Estos comportamientos te dan una ilusión de control, pero generan malestar, para desafiarlos pregúntate:

  • ¿Cuáles son los pros y contras de la certeza?
  • ¿Cuánto puedes tener absolutamente seguro en la vida?
  • ¿Cuál es la probabilidad real de que las cosas solo puedan ir mal?

Aprende a aceptar la incertidumbre

Por mucho que te esfuerces por eliminar la duda, cada día te enfrentas a algún grado de incertidumbre, para aceptarla mejor. Toma un tiempo para responder a las preguntas que pasan por tu cabeza y reconoce que no sabes todo lo que va a pasar. Permítete soltar eso que no puedes saber y controlar, y acepta la incertidumbre como parte de la vida. En lugar de tratar de predecir lo que podría suceder, enfoca tu atención en lo que ocurre en el presente.

  • Identifica lo que provoca tu preocupación.
  • Permítete sentir la incertidumbre.

Toma medidas sobre lo que puedes controlar

Enfoca tu mente en actuar sobre los aspectos que están bajo tu control. Al hacerlo pasarás a la resolución activa de problemas. Aceptar la incertidumbre no significa que no puedas hacer planes para algunas de las circunstancias imprevistas de la vida. Incluso cuando todas las circunstancias están fuera de control, puedes enfocarte en tu respuesta emocional en lugar de negarla o reprimirla.

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