Las sustancias psicoactivas o «drogas» son sustancias que, al consumirlas, modifican la manera en cómo funciona tu cerebro y eso puede alterar tus sentidos, tu estado de ánimo y, sobre todo, tu forma de comportarte.
Algunas personas creen que consumir de vez en cuando sustancias psicoactivas solo les hace «pasar un buen rato» y no causa problemas. Aunque sientas un «estallido» de felicidad o alegría cuando consumes ciertas «drogas», estas sustancias también provocan daños serios como problemas de memoria y desorientación. Por otra parte, lo que ocurre es que estas drogas afectan a tu cerebro de tal manera que te hace desear más de ellas una y otra vez. Y esto puede ser muy peligroso porque te lleva a la «adicción».
Es posible usar sustancias psicoactivas en diferentes situaciones, por motivos variados y de diferentes formas. Dependiendo del momento de tu vida puedes buscar diferentes sensaciones con estas sustancias. Puede que estés buscando sentir “placer” y cambies la cantidad o frecuencia con la que consumes estas sustancias, pero eso no implica necesariamente que tengas algún tipo de dependencia
Uso experimental: el primer uso es la forma más casual, por curiosidad. Esta experiencia con “las drogas”, buena o mala, marca la pauta de su consumo futuro de sustancias.
Uso recreativo o social: el consumo recreativo se refiere al uso ocasional y moderado de una sustancia psicoactiva en situaciones sociales como fiestas, reuniones de amigos o simplemente para divertirse en grupo.
Uso circunstancial: Algunas personas utilizan las sustancias psicoactivas para hacer frente a situaciones especialmente exigentes en la vida. Y puede ser una forma de aplazar sentimientos como la soledad y la ansiedad.
Uso problemático o excesivo: se trata de consumir grandes cantidades de una sustancia, sola o en combinación con otras, durante un corto tiempo y tener posibles consecuencias negativas para la salud.
Uso compulsivo: consumo que se repite en el tiempo y que la persona no puede abandonar a pesar de las consecuencias adversas para la salud, las relaciones y el trabajo. Siente la necesidad de consumir para evitar el malestar físico o psicológico que siente cuando no la consume (Síndrome de abstinencia).
El primer uso es la forma más casual, por curiosidad. Esta experiencia con “las drogas”, buena o mala, marca la pauta de su consumo futuro de sustancias.
El consumo recreativo se refiere al uso ocasional y moderado de una sustancia psicoactiva en situaciones sociales como fiestas, reuniones de amigos o simplemente para divertirse en grupo.
Algunas personas utilizan las sustancias psicoactivas para hacer frente a situaciones especialmente exigentes en la vida. Y puede ser una forma de aplazar sentimientos como la soledad y la ansiedad.
Se trata de consumir grandes cantidades de una sustancia, sola o en combinación con otras, durante un corto tiempo y tener posibles consecuencias negativas para la salud.
Consumo que se repite en el tiempo y que la persona no puede abandonar a pesar de las consecuencias adversas para la salud, las relaciones y el trabajo. Siente la necesidad de consumir para evitar el malestar físico o psicológico que siente cuando no la consume (Síndrome de abstinencia).
El consumo de sustancias psicoactivas puede formar parte de tu vida y de tus rutinas, pero también puede meterte en problemas. Estas son algunas situaciones a las que puedes enfrentarte si consumes con frecuencia:
Si tu comportamiento cambia y tienes problemas en tu vida diaria o en el trabajo debido al consumo repetido o en grandes cantidades de una o más sustancias psicoactivas.
Si cada vez necesitas más cantidad para sentir el efecto de la sustancia.
Si tienes un deseo intenso y persistente de consumir una sustancia psicoactiva o sientes que tu cuerpo la necesita para funcionar correctamente.
Si experimentas malestar físico o psicológico cuando reduces la cantidad de una sustancia o la dejas por un tiempo.
Las sustancias psicoactivas suelen clasificarse por la forma en que afectan a nuestro cuerpo y comportamiento.
Reconoce los comportamientos y experiencias pueden ser la primera señal de advertencia de abuso o dependencia de sustancias.
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