Los alucinógenos son una clase de drogas que pueden hacer que el consumidor experimente alucinaciones (como ver, escuchar cosas que parecen reales, pero que no existen) y estados alterados de conciencia. Los efectos alucinógenos pueden ser muy diferentes según la sustancia. Un ejemplo es el «viaje» provocado por el LSD, que suele caracterizarse por una mayor percepción sensorial y euforia. También se conocen como psicodélicos, que significa «que manifiestan la mente» en griego.
Algunos ejemplos comunes de alucinógenos son el LSD, la mescalina y la psilocibina. Además de éstos, los alucinógenos disociativos como la fenciclidina o la ketamina también pueden provocar sensaciones parecidas.
Cambiar los hábitos de consumo de sustancias psicoactivas como los alucinógenos puede parecer difícil al principio, pero los beneficios pueden verse muy pronto.
Si te propones dejar de consumir Alucinógenos, el primer paso para iniciar tu proceso de cambio es escoger tus razones. Bien sea porque sientes que has perdido el control, está consumiendo tu vida, ha afectado tus relaciones, o porque quieres mejorar tu salud, entre otras; eres tú quien decide qué es lo más importante para ti y lo que te puede impulsar a cambiar.
Es importante que definas los objetivos que quieres conseguir y cómo vas a alcanzarlos. Empieza por identificar las situaciones que te hacen sentir ganas de consumir, con esto en mente establece objetivos a corto, medio y largo plazo y piensa cuáles serán tus recompensas por cada objetivo alcanzado.
Hazle saber a tus seres queridos sobre tu intención de abandonar el consumo de cocaína y dales a conocer tu plan para hacerlo, las personas a tu alrededor pueden ser aliadas invaluables en el logro de tus metas. Es importante también que revises los servicios de salud disponibles y consideres las diferentes opciones disponibles, esto te permitirá acceder al apoyo de profesionales especializados que puedan ayudarte a hacer un proceso de cambio más efectivo e incluso más rápido.
Los alucinógenos son un tipo de drogas que alteran la percepción de la realidad y a menudo provocan experiencias que «alteran la mente». Se encuentran en plantas, animales y hongos. Algunos se han producido para ayudar en tratamientos médicos, como la ketamina, utilizada como anestésico, sobre todo en animales. El consumo de alucinógenos puede provocar «flashbacks», que son recuerdos espontáneos, «que se sienten reales» en los que se revive una experiencia de consumo sin la sustancia. Estos recuerdos pueden aparecer días, semanas o años después del último consumo sin ninguna causa o por el consumo de otras sustancias, estrés, fatiga o cansancio.
Los alucinógenos pueden causar una percepción distorsionada de la realidad, provocando náuseas, calambres estomacales y debilidad muscular. Los efectos a largo plazo incluyen ansiedad, depresión y adicción.
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