El alcohol es un depresivo y afecta rápidamente a tu forma de comportarte. Aumenta el riesgo de perder el control de tus actos y hay más probabilidades de meterse en peleas o accidentes.
Por ejemplo, no tomes más de 10 tragos a la semana, ni más de cuatro en un solo día.
Come bien y toma agua mientras consumes alcohol así, tu cuerpo estará mejor preparado para asimilar el alcohol y se recuperará mejor al día siguiente.
Entre más rápido empieces a beber, más tiempo puedes durar tomando y más difícil será respetar los límites.
Puedes limitar la cantidad de alcohol que llevas a una fiesta, evita tener alcohol en tu casa o puedes llevar poco dinero al bar.
Apóyate en tus seres queridos para reducir la cantidad de alcohol que tomas, aunque para algunas personas puede ser difícil de entender, seguramente muchas otras estarán dispuestas a ayudarte, apoyándote cuando alguien más quiera presionarte a beber.