Conducta suicida

Permítete estar en contacto con las personas que te inspiran confianza y muestran interés en tu bienestar, dales la oportunidad de comprender tus sentimientos. Incluso si no te sientes a gusto hablando con personas cercanas, hay profesionales dispuestos a escucharte sin juzgarte que podrán ofrecerte apoyo, quizás otras miradas de la situación que experimentas y podrán brindarte compañía cuando la desesperanza te agobie. No esperes que otros solucionen las cosas por ti, probablemente la situación también está fuera de su control, pero eso no les impide estar ahí para ti.

Crea un registro de cómo te sientes día a día y presta atención a las señales de cambios, para identificar los eventos, personas o actividades que alteran tus experiencias emocionales. Con muy poco tiempo de este ejercicio notarás lo que afecta tu estado de ánimo y cuando te enfrentes al agobio de los cambios de humor e ideas de causarte daño, podrás usar las cosas que disfrutas hacer cuando te sientes feliz o aquellas que te ayudan a sentirte mejor cuando tú sientes malestar.

Construye una rutina diaria que contemple tiempos razonables para realizar actividades de autocuidado, seguir indicaciones médicas, ejecutar tareas diarias, cumplir obligaciones y desarrollar actividades placenteras. Procura tener una alimentación adecuada y equilibrada, tomar un poco de sol diariamente, dormir lo suficiente y en horarios regulares, evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias psicoactivas, practicar actividad física regularmente e integrar a tus rutinas prácticas de relajación, meditación o respiración profunda. Estas son herramientas muy útiles para equilibrar tu estado emocional.